Las plantaciones de cacao son bastante sensibles a la escasez o exceso de agua ya que esto puede ocasionar daños y consecuencias en la producción. Es por esto que en muchas zonas o regiones cacaoteras que tienen suelos planos, arcillosos y altas precipitaciones es necesario realizar drenajes para ayudar a evacuar el exceso de agua.
En Colombia se puede sembrar cacao en zonas con precipitaciones anuales entre 1.500 y 3.800 mm, frente a esto el rango óptimo se encuentra entre los 1.800 a 2.600 mm. El rango moderadamente apto para la siembra está entre los 1.500 a los 1.800 mm y los 2.600 a los 3.200 (Fedecacao, 2013).
En regiones donde se tengan precipitaciones inferiores es necesario tener sistemas de riego (goteo o microaspersión) es muy importante que las fuentes de captación no se sequen en ningún momento durante la época de sequía. Cuando las precipitaciones son superiores a los 3.200 mm es importante evitar encharcamientos (drenajes), suelos bien drenados y tener muy poco sombrío, de igual manera evaluar las distancias de siembra, desfavoreciendo un poco el alto riesgo a enfermedades fitosanitarias.
La distribución mensual de la lluvia juega un papel muy importante, tanto por los bajos niveles o excesos. Un mínimo de 100 mm en los meses más secos sería ideal para el cultivo del cacao (Enríquez, 1987)