La Moniliasis es una enfermedad exclusiva del fruto provocando su pudrición total o parcial según la edad en la cual es infectado el cacao.
Las pérdidas ocasionadas por la enfermedad son variables y están sujetas a las condiciones climáticas especialmente temperatura y lluvia. En los climas cálidos y húmedos la incidencia de la enfermedad es mayor que en los climas cálidos o moderados y secos.
En Colombia, mediante evaluaciones realizadas en los años 2005 y 2006 en 51 fincas de los departamentos de Antioquia, Arauca, Huila, Meta, Norte de Santander, Nariño, Santander del Sur y Tolima se determinó que la incidencia de la enfermedad fluctuó entre 38,6% en el departamento del Meta y 84,1% en el departamento de Norte de Santander superando la cifra del 30 al 40%, reconocida como el nivel de incidencia promedio del país (Sáenz, 2007; Barros, 1977).
Maya et al. (2004) en un muestreo realizado en los municipios de Apartadó, Dabeiba, Maceo, Támesis, Turbo y Valdivia (departamento de Antioquia, Colombia) encontraron una incidencia de 4,6% en Támesis y 45,8% en Valdivia. La severidad de los frutos enfermos dentro de una escala de 0 (fruto sano) a 3 (fruto con daño interno en más del 75%), tuvo un promedio de 3 en los seis municipios considerados. En consecuencia, cuando la incidencia
es alta los daños en las cosechas también lo son.
Los frutos infectados antes de los tres meses de edad pierden el 100% de los granos mientras que aquellos frutos infectados después de los cuatro meses sólo alcanzan a perder hasta el 10%.
La Moniliasis no solo afecta los rendimientos del cultivo sino, también, la calidad de la materia prima pues el productor en su afán de aprovechar parte de los frutos enfermos remueve y extrae los granos de fácil desprendimiento mezclándolos con los granos de frutos sanos.